Porque somos Catolicos?

CRISTO Y LOS CUATRO APOSTOLES DE LOS EVANGELIOS

 

         ¿Cuál es su negocio más importante de esta vida? - Es ahorrar su alma. “Qué él beneficiará a un hombre, si él gana el mundo entero y sufre la pérdida de su propia alma,” dice a nuestro salvador bendecido (marca viii. 36). ¿Qué debe usted hacer para ahorrar su alma? - Usted debe seguir la religión enseñada por Cristo. 15 Entonces les dijo: “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará”.¿Cuántas religiones Cristo enseñó? - Lo más ciertamente posible solamente uno, por esta razón llana, que él no puede contradecir sí mismo. Pues San Pablo le dice, hay “un Señor” y “una Fe” (Ephes. iv. 5). ¿Cuál, por lo tanto, debe ser pensado en las muchas religiones en este mondo?

     - Como nuestro salvador enseñó solamente una religión, debe seguir que todas estas religiones son falsas excepto una, dondequiera que sea ésa. Por lo tanto San Pablo dice, en su epístola al Galatians (I. 8): “Aunque nosotros, o un ángel del cielo, predicamos un evangelio a usted con excepción de el que hemos predicado, déjelo ser anatema.” ¿No es muy poco caritativo para decir que todas las religiones son falsas excepto una? - No es más poco caritativo que precisar el camino derecho a uno cuando él está en un viaje, y decirle el resto de los caminos lo llevará extraviado. ¿Pero no es usted seguro en el siguiente de la religión en la cual usted nació? - De lo que usted ha estado leyendo, es tan claramente como medio día que usted no es seguro en el siguiente de la religión en la cual usted nació, a menos que sea la una religión verdadera a que Cristo enseñó. ¿Pero cómo está usted para descubrir la religión verdadera?  

    - Usted debe arrepentirse verdad y caluroso de todos los pecados que usted ha confiado; usted no debe tener ningún otro deseo que aprender la voluntad de dios y hacerla; usted debe ser resuelto que ni las persecuciones ni las pérdidas, ni interés mundano, ni todo lo demás cualesquiera, evitarán que usted haga la voluntad de dios, cuando usted sabe lo que ése es; y usted debe rogar a menudo que él le enseñe a su voluntad santa, “Ahora levántate, y entra en la ciudad: allí te dirán qué debes hacer”. (Actos ix 6). Si usted sigue este consejo, usted puede estar seguro que Dios oirá su rezo y le llevará en la manera correcta (Lucas XI. 13; Matt. vii. 7.8). Usted debe también mirar sobre usted, e investiga que sea la una religión verdadera. Usted pronto encontrará, en el Nuevo Testamento, que Cristo estableció una iglesia sobre la tierra; que él la construyó sobre una roca, y declaró que las puertas del infierno no prevalecerán contra ella (Matt. xvi. 18); usted encontrará que él dio su autoridad de la iglesia para enseñar a su religión y ordenó a todos lo que la oyeran y obedecieran (Matt. xviii. 17; Lucas x. 16; Actos ix 6, 7; x. 5.6), esa esta iglesia no pueden enseñar a error, siendo “columna y fundamento de la verdad” (1 Tim. iii. 15), y ése siguiendo a lo que le enseña serán liberados de toda la duda y perplejidad sobre la manera al cielo, y sacudidos no más alrededor por cada viento de la doctrina (Ephes. iv. 11-15).

     Usted encontrará, en fin, que usted estará seguro de aprender la religión de Cristo de esta iglesia como si usted lo oyera el hablar usted sí mismo: El que los escucha a ustedes, me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza, rechaza a aquel que me envió». (Lucas x. 16). Otra examinación  le hará claramente que esta iglesia es no con excepción de la que usted diga a menudo verdad era el primer y sea el último y que todos los cristianos dicen ellos creen cuando repiten el credo de los apóstoles: “Creo en la Iglesia Católica Santa.” Sí, ésta es la Iglesia que Cristo empleó una roca, que ha representado diecinueve cientos años, y ha triunfado sobre todas las persecuciones levantadas contra él; ésta es la Iglesia de la cual el resto de las iglesias se han separado, mientras que ha seguido siendo siempre igual que nuestro Salvador lo estableció.